Este restaurante ofrece una visión única de la cocina mediterránea.
La comida es excelente y lleva los platos sencillos a otro nivel. Cada bocado es un descubrimiento de nuevos sabores y ingredientes frescos.
El ambiente es excepcional y cálido, invitando a relajarse y disfrutar de la comida.
El servicio es atento y contribuye a una experiencia culinaria memorable. El personal es amable, educado y receptivo.
Definitivamente, este lugar es una visita obligada en Chicago si estás de visita. La comida, el ambiente y el servicio superarán tus expectativas.